Conversando con la muerte.

La muerte que duerme conmigo,
que vaga en mis manos y cierra mis ojos esta tarde de espíritu perforado
olvida la conciencia que no tuve,
los turbios y desolados hastíos…
conjuga la afinidad a tono de una sonrisa.

Escribo a esta muerte mía como una catarsis de vida.
La recibo con un abanico de placeres y bienvenida,
con una copa subyugando el aire que me falta
y con buenos pasos de quimera para internar risas, fracasos,
sombras y otras vicisitudes.

Devuelvo las cenizas, el morbo,
la oscuridad a llenas de la casa y el naufragio de esta noche en ti
muerte de dos pasos, de dos tiempos, de dos melodías
incapaces de encontrar un titulo a estas piedras, a este mechón que interioriza en mi pecho como llama viva, ardiente y fugaz
de deseo germinante
poseo endoso de una muerte
consumismo sideral, complemento de tinieblas,
de escritura y sombra dramaturgica de un escándalo ficticio
muerte escarbada en mi
augurio de cicatrices
me entrego a esta sonda y molada revisión de espectáculos y luces,
a esta integridad del fracaso como ser y placer de saber perecer ascua de tus cabellos
o de tu sensible y despiadado toque a sabiendas
de que me tendrás toda en atención, ataque y roce a flor de amalgamas y cortinas
hoy me congrego a esta muerte provisoria que me regala esta daga muda de dolor
dejo que me penetre absorta de calidez para enseñarme a la par el camino de terribles pasos de manadas y humaredas sin censura que me cubren la cabeza, la retórica y me aplauden como bugs bunny con un duelo de calidad nauseabunda.