Me avergüenzo
de las recurrentes pesadillas que me delatan
de las terribles consecuencias que suponen mi eterna complicidad
de haber develado el sórdido laberinto donde perdí mis deidades literarias
de los endebles asteriscos con que pretendí justificarme
de las ambivalentes connotaciones de mi nimia escritura
de todas y cada una de mis excelsas tragicomedias
del odio que tantas veces derramé
del infame paréntesis con que pretendí ocultar mis nimiedades.
de las recurrentes pesadillas que me delatan
de las terribles consecuencias que suponen mi eterna complicidad
de haber develado el sórdido laberinto donde perdí mis deidades literarias
de los endebles asteriscos con que pretendí justificarme
de las ambivalentes connotaciones de mi nimia escritura
de todas y cada una de mis excelsas tragicomedias
del odio que tantas veces derramé
del infame paréntesis con que pretendí ocultar mis nimiedades.
Comentarios
Chau.!!
Me gusta pasar con regularidad por tu blog desde que hace unos meses hice un clic a un enlace en el portal/blog de un diletante amigo mío. Si este escrito es una especie de auto-examen o auto-confesión, ¿no estás siendo demasiado dura contigo misma? Eres joven, tienes talento e inquietudes. Sigas cultivándolos. Si no lo es, perdone que haya interpretado mal.
Saludos.
j