El Jarron.

La misma brisa me entumece…
Escribir.
El frío distintivo de la ciudad,
las hojas donde no siempre escribo, pero que están allí
como el jarrón o el tonto libro de caprichos.
No hay resquicios ni peripecias,
sólo murmullos de la lluvia cayendo,
fragmentos de luna,
sonidos insaciables de la noche que me estrecha los pies…las manos
Estas manos amarillas de las que no sé
y donde no se volver, Poeta.

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