POEMA DE NADIA
Oscar Hungría

Nadia vino anaranjada
plena a la hora violeta delante del viento, detrás del sol
aparecida de la hierba, encima de una nube debajo del mar

Nadia vino toda ocaso. Vino acabada de amar
aun su rostro naranja se estremecía una mirada desatando un espiral
trajo amaneceres, un montón de cosas que llenaban huecos, sombreros de pajilla, aceites miniaturas, un cuaderno de poemas hecho a mano, leves camisones,caja de fotografías, cien pájaros verdes, mariposas enredadas en el pelo
entre los ojos risa, luz color celeste quemando su cadera
agridulce olor a fruta salvaje
movimiento acuático de muchacha sin época nacida y criada en una isla seducida del sueño después abandonada
trajo azoros, incitaciones, viejos miedos
un ritmo de palabra nueva
enlace de silencio a excepción de lo primero
era toda materia pasional cielada, erótica
tomo prestado tamaño al mar y me ensanchó su corazón
luego alzó mi espíritu en victoria

Nadia no traía tristeza esta como sombra la seguía
primero fue rastrearla en bicicleta por la costa caribe
un yipón en medio del milagro la cordillera central
sin saber tendí una mano, subió por mi sierra y se plantó brisa que susurra cópula del pino
allí olvidamos la dialéctica
allí alzamos pico y pala extraviados indefensos
los alzamos condenados a hoyar en la mina corazón
apilamos latidos, fervores, compusimos un espacio en cercanía –pinturas-periódicos-piyamas- un hogar para el hambre y la ternura de esencial contradicción
poco se puede decir de la vida con Nadia falta un nuevo abecedario
quizás se pueda contar que un día fiel a la tradición de las hermanas

Nadia clamó calculados espasmos, todas las comodidades
y donde quiera que pisara una fina atención
cuando mi entrega era una convulsión de sorpresas, este tipo de poema y la oscura informal permanente invitación a elevar un arcoiris entre Cabo Engaño y Cap-Haitien
una noche como todos desnudos a versos encallados de amor

Nadia trato de sumergirse en el miedo de su ola al tiempo que mi pecho ascendía de alegría estallando conchas, fiesta de la espuma mi risa la confundió.

Nadia ángel casi eclipse recogió tereques, la cadera de su alma
batió alas, se elevó mitad del amor
hoy me queda hurgar las huellas mágicas
empeñarme en creer estar atento al sonido silente de sus pisadas
cuando irrumpan en la fresca luminosidad de invierno
esta sobria soledad, la transparente tristeza que me invade hasta el sueño.

Comentarios

Rosa Silverio ha dicho que…
Hermoso.
Patricia Minalla ha dicho que…
Ups si Rosa
Este poema de Oscar refleja su sentimiento hacia la isla, su patriotismo pero sobre todo el don que tiene para amnisfestarlo.

Un abrazo Ro

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